Al principio me sorprendía, me preguntaba qué era lo que le había pasado a la sociedad para producir semejante cambio en la infancia y adolescencia de los jóvenes de hoy en día, a tal punto de que han cambiado las rutinas, las maneras de sociabilizarse, las formas de comunicarse y los hábitos diarios. Pero luego, pensando racionalmente,me di cuenta que era sólo cuestión de adaptarse a los cambios.
Me ha sucedido en varias oportunidades, estar en mi casa y que lleguen mis primitos, tres criaturas las cuales ninguno supera los 10 años, y lo primero que hacen es venir a la computadora y abrir su cuenta de facebook, el msn messenger, y hasta alguno de ellos me sorprendieron aún más cuando los vi tweeteando.
Me parecía algo totalmente inédito, pero, basándose en lo que dice Rosalía Winocur en su escrito internet en la vida cotidiana de los jóvenes: "La sociabilidad online no representa un desplazamiento de otras formas de pertenencia, sino que permite ampliar los circuitos tradicionales de encuentro y socialización"; no es algo que sorprende sino que concientiza.
Yo con 21 años, nací y crecí con las tecnologías y su avance, con televisores distribuidos por toda la casa en mis primeros años, luego la llegada masiva del mercado de teléfonos móviles, y por último internet, el que antes sólo podía utilizarlo concurriendo a un cyber, pero luego tuve y tengo la suerte de poseer el servicio en la comodidad de mi casa.
La relación que tengo con éstos elementos es estrecha, a tal punto de que se me dificultaría demasiado no poseer alguno de estos artefactos, no queriéndome imaginar si no tendría ninguno, ya que la manera de comunicarme y socializarme, además del uso curricular que aplico, se verían bastante afectados.
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